Años antes de enfundarse en el traje de murciélago cachas, Christian Bale ya había hecho sus pinitos en el cine de hostias y pan rallao. El que ejerciera de espeluznante psicópata en American Psycho debió de sentirse resarcido en Equilibrium (Kurt Wimmer, 2002), una curiosa película de ciencia-ficción de modesto presupuesto en la que los psicópatas son toda la sociedad menos él*.
Imagínese una sociedad de lo más distópica, mezcolanza de Fahrenheit 451 (Ray Bradbury, 1953), Un mundo feliz (Aldous Huxley, 1932) y 1984 (George Orwell, 1949), en la que las emociones humanas se consideran la raíz de todo conflicto y son convenientemente anuladas por una droga, prozium, que todo el mundo ha de tomar cada día. Este estado totalitario, gobernado por “Padre” —apasionado del discurso grandilocuente en pantalla gigante a todo color—, persigue y elimina, fuego purificador mediante, a todo aquel que sienta, así como a cualquier texto, pieza musical u obra artística en general que sea susceptible de despertar emociones. Sí, incluso las canciones de Daddy Yankee.
Añádase ahora un espectacular y estrambótico arte marcial llamado gun kata, que se practica, lo han adivinado, con armas de fuego. El gun kata parte de la premisa de que, en una situación de combate con armas de fuego, existen posiciones de los atacantes y trayectorias de disparos más probables que otras. Así, un combatiente debidamente entrenado —un clérigo del Tetragrammaton, oséase, Christian Bale— puede disparar en aquellas trayectorias en las que es estadísticamente más probable encontrar un enemigo mientras se aparta de las correspondientes trayectorias de los disparos de vuelta. Todo ello sin despeinarse, claro, y con la grácil elegancia de Nacho Duato bailando El lago de los cisnes.
¿El resultado de semejante mezcla? Equilibrium. No tiene, ni de lejos, un guión tan brillante como el de The Man from Earth, que inauguró esta sección—, ni siquiera unos efectos especiales sobresalientes. Y, para qué engañarnos, la profundidad de la crítica que hace no daría para tirarse de cabeza sin romperse el cuello (¡aunque al menos la hay!). Pero mola. Ver a Christian Bale repartir plomo y galletas a partes iguales mientras suelta frases lapidarias siempre mola. Y si es en clave de ciencia-ficción, mejor que mejor.
La película no llegó a estrenarse en España, pero la tienes en versión original subtitulada. Si te gustan las pelis a lo Matrix, en las que un trasfondo crítico/filosófico un pelín de garrafón sirve de excusa a un vistoso festival de mamporros, Equilibrium no te defraudará.
Certifrikación: 6/10
*En realidad, es peor aún. De lo que carecen los psicópatas es de empatía, no de emociones. Estos de Equilibrium, ni empatía, ni emociones, ni ná de ná. Vamos, que ríete tú del señor Spock.
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