martes, 29 de octubre de 2013

21 días encadenados a una cama por la ciencia


Jornadas monótonas sin moverse de la cama, con los pies en alto, sin poder ir a la ducha ni al baño, con pruebas médicas constantes y una estricta dieta. Esta es la dura experiencia que ha superado un equipo de voluntarios de la Agencia Espacial Europea (ESA) durante tres semanas para estudiar lo que ocurrirá en los futuros vuelos espaciales.

Prueba con máscaras, que forman parte de un sistema para estimar las necesidades de energía. / ESA

Un grupo de voluntarios de la ESA acaba de finalizar la tercera y última sesión de un estudio de reposo durante el que permanecieron tres semanas en la cama con los pies en alto. Todo por la ciencia y el futuro de los vuelos espaciales.

Tan pronto como sus cuerpos se repongan de la experiencia y terminen algunas pruebas, podrán volver a hacer una vida normal. La experiencia es similar a la que sufren los astronautas cuando regresan de una misión de larga duración y necesitan varios días para recuperarse de los efectos de la microgravedad.
Durante este trabajo, desarrollado en Toulouse (Francia) se probó una dieta alta en proteínas y una tabla de ejercicios que consistía en empujar a los voluntarios contra una placa vibratoria mientras hacían una especie de ‘sentadillas invertidas’.

Quedarse en la cama y que te paguen por ello podría parecer el trabajo ideal, pero los estudios de reposo suponen un gran esfuerzo. Los participantes se tienen que enfrentar a días de extrema monotonía, continuas pruebas médicas y una estricta dieta, sin poder levantarse para estirar las piernas, tomar un poco de aire fresco, darse una ducha o ir al baño.

“Los primeros días de cada sesión eran los peores”, explica Marc Marenco. “El cuerpo necesita tiempo para adaptarse, y yo tenía migrañas y dolor de espalda”.

No obstante, los ‘camanautas’ están orgullosos de haber contribuido a la ciencia y a la exploración tripulada del espacio, así como de ayudar a la gente que permanece encamada en la Tierra.
“Somos una referencia para muchos artículos; creo que estos datos ayudarán a los científicos a avanzar en sus investigaciones”, explica Daniel Fandino, que trabaja en un bar en su vida normal.

Los investigadores ahora analizarán los datos de los experimentos. Este estudio fue organizado por la ESA en colaboración con la agencia espacial francesa (CNES) y se llevó a cabo en las instalaciones de investigación médica MEDES, en Toulouse.

Estudios de reposo como este ayudan a simular algunos aspectos de los vuelos espaciales. También permiten a los científicos estudiar cómo reacciona el cuerpo humano y poner a prueba nuevos métodos para preservar la salud y buena forma de los futuros astronautas.

Artículo publicado en Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).

jueves, 3 de octubre de 2013

Moralidad: visión griega



Los griegos no concebían un dios que colocase un valor absoluto sobre cada individuo. Ni pensaban que cada uno tuviese un derecho inalienable a la vida, libertad y felicidad, dejando de lado la propiedad. “Los derechos” (que hoy en día reclamamos en gran abundancia, pues se considera al estado protector de las libertades individuales) estaban limitados por las leyes que rigiesen en el momento. En general, las necesidades individuales estaban totalmente subordinadas a las del estado. Después de todo, en una democracia radical, las personas constituían el estado; no era como si los individuos estuviesen tiranizados por alguna fuerza externa.

Una de las consecuencias de esto era que los griegos tendían a ser poco complicados en su visión de las responsabilidad humana. Lo que contaba no era tanto las intenciones (aunque naturalmente se podía discutir sobre ellas como algo interesante) sino los resultados. Si uno hubiese expuesto ante un tribunal griego que un individuo debía ser perdonado por matar a sus padres en base a que había tenido una educación perturbadora, un griego lo podía considerar no como una excusa para absolver al acusado, sino como un agravante para condenarlo. Los griegos no tenían la tendencia a confundir las razones con las excusas.

Esto parece una moralidad severa. Pero es comprensible en una civilización en la que lo contrario de la libertad no era la cárcel, sino la esclavitud, y en la que la existencia era precaria en el mejor de los casos. Los estados modernos en guerra se vuelven mas totalitarios que en la paz. Por todo ello, la lectura mas superficial de Homero o de la tragedia muestra que los griegos también otorgaban un gran valor a la gracia y a la piedad. Si destacamos aquí la parte mas dura de los valores griegos, es para que nos fijemos en ella. Los valores cristianos se hallaban a seiscientos años, y la comprensión freudiana de la motivación humana a unos dos mil cuatrocientos.

El Mundo de Atenas. Joint Associaton of Classical Teachers.