sábado, 8 de mayo de 2010

Increíble

¿Por dónde empezar? Dicen que el principio es más de la mitad del todo. En este caso, el todo y el principio se encuentran fundidos unos cuantos meses atrás. Muchas cosas han pasado desde aquel caluroso mes de septiembre (octubre para los más rezagados) y, he de confesaros, que mis expectativas iniciales han quedado desbordadas por la gente que he conocido. Jaime (nuestros planes de futuro siguen en pie), Sara M. (esos apoyos pre-PIR no los olvidaré, siempre tenias una sonrisa de ánimo para mí), Paco (a ti, sinvergüenza, ¡qué te voy a decir que no sepas ya!) Mercedes (espero que nunca cambies y sigas siempre tal y como te he conocido; ¡arriba la música retro! :p), Laura (mi fiestera maña, espero que tengas mucha suerte con tus proyectos futuros, encenderé una de mis velas de la suerte para ti), Vero (eres especial donde las haya y me encantas, siempre recordaré nuestras conversaciones algo “esquizofrénicas” en Zamora) Xabi (aunque anoche no pudieras estar, somos los norteños del grupo y bien sabes que eso, quieras o no, nos une y nos unirá para siempre), Maggie (ya sabes lo que te odio!), Sara C. (“amicus fidelis protectio fortis, qui autem invenit illum, invenit thesaurum”, ¡eres mi nuevo tesoro!), Daniela D. (creo que siempre has tratado de comprender muchas de mis “extrañezas” así que guardaré un pedacito de ti en mi corazón, tenlo por seguro tica), Luis (noches y borracheras míticas quedan para la posteridad en esta ciudad… ¡pero que no se entere mucha gente que debemos dar buena imagen!), Daniela C. (espero que no sólo me recuerdes por aquello de las comas, eres la primera persona de Nicaragua que conozco en toda mi vida, así que nunca te olvidaré, y siempre que salga el nombre de tu país, sonreiré al recordarte), Cristina (de aquellas conversaciones escritas en clase quedan pruebas que testimonian que, menos prestar atención, ¡cualquier cosa! Espero que nunca dejes de escribir… éste es mi mensaje ancestral para ti, ancestral porque doy fe de que en tu sangre se mezclan estirpes de grandes sabios, escritores y filósofos), Estefanía (nuestras miradas valen más que mil palabras, pero te diré: ¡quieres ir a ver la Alhambra de una vez! Cuando la veas, mándame un SMS al móvil porque eso va a ser un momento histórico), Zaira (haciendo tremenda gala de tu antiguo y bonito nombre árabe, aunque no lo sepas, he aprendido muchas cosas de ti…) y, por último, pero la principal de todo esto, TAMARA (a ti ya te daré tu merecido cuando menos te lo esperes… te estaré acechando en la sombra).


A Juanlu y Dani confío tirarles de las orejas por muuuuchos años, así que me reservo las palabras para cuando seamos unos viejos carcas y cansinos con nuestras historias universitarias de Salamanca. De mis amigos de Logroño, me consta que hubo esfuerzos secretos por reunirlos anoche en Salamanca sin que me enterara, los veré el próximo viernes así que algo me prepararán (por su bien, porque el listón ya ha quedado muy alto). Los que no estuvieron y quiero, para mí sí estuvisteis.


Dicho todo esto, muchos de los que leéis mi blog (Sandra desde Barcelona, Fernando desde Logroño, Mar desde Salamanca y Bea desde Madrid, que sois fijos) os preguntareis que qué ha pasado… Bendita ignorancia, porque lo que todos estos granujas que he citado me han hecho, dirigidos por Tamara, es para llorar de alegría durante un mes por lo menos. Os lo contaré brevemente para que os muráis de la envidia (jiji). Todo comenzó hace cosa de un mes. Tamara simplemente me dijo que no hiciera planes para el 7 de Mayo (inicialmente fue para el 8, pero de nuevo la casualidad ha querido que fuera un 7, justo un mes después de lo del PIR…). La conspiración daba comienzo sin que yo supiera nada de nada. El 7 por la tarde me llegó una citación por facebook para las 21:00 horas en casa de Tamara. Simplemente ponía que merendara pero NO cenara, y que lo haría con gente especial. Yo no me suponía nada, soy muy inocente para estas cosas (mi madre siempre me ha dicho que soy algo tontorrón). Algo acelerado porque llegaba tarde, toqué el timbre de casa de Tamara. Tomé el ascensor y subí al séptimo. Tamara y su puzle gigante me dieron la bienvenida, haciéndome entrega de un misterioso sobre cerrado a cal y canto. Desconcertado por los acontecimientos, torpemente me dispuse a abrirlo. Un mensaje debía ser descifrado; era la pista de un lugar de Salamanca. Todavía recuerdo el texto exacto en mi cabeza pues tardé unos minutos en ubicar correctamente mis pensamientos para dar con el lugar: “A la puerta entre dos ciudades, donde descansa dormido el león, has de llegar, allí te espera la paz”. Lo del león me confundió, pero finalmente deduje que no cabían dudas de que era Puerta de Zamora. Tamara me echó literalmente de su piso y me dijo que debía ir yo solo hasta el lugar indicado. A todo esto, en Salamanca llovía intermitentemente. Sin comprender todavía nada, me dirigí presto a Puerta de Zamora. Allí me esperaba Jaime con otra nueva pista: “Donde se mezclan los siglos en sus amplias paredes, algo nuevo hallarás entre lo más viejo, acude al conejo y del lío saldrás”. En este caso no dudé, así que con la lluvia como fiel custodio de mi extraño viaje, Jaime me acompañó hasta la catedral. En ella, Luis, correctamente resguardado de las inclemencias meteorológicas, me esperaba con otra nueva pista: “En la entrada entre dos mundos, un espacio se abre, una torre encantada, una cueva acechada donde la magia se hará notar. Una hechicera amiga te guiará”. Con la compañía de Luis y Jaime, mi próximo destino era la hechizada Cueva de Salamanca. Maggie, totalmente empapada, me hizo entrega de una nueva pista (que parecía un trapo mojado de cocina… todo sea dicho): “ Dos ciudades europeas que se hermanan, una rosa azul que descansa sobre el suelo mil veces pisado, y un reloj que mira imperturbable el devenir del tiempo… Busca pues, quien te dé tu próximo destino”. En busca de la rosa azul de Nereida que nos fuimos. El grupo aumentaba. Cristina me esperaba rodeada de personas ajenas a todo lo que estaba sucediendo. Por cierto, queda pendiente lo de hacer el pino. Su pista decía lo siguiente:“Cuenta la leyenda, que bajo una de sus más de 300 marcas de la orden de Santiago, hay escondido un tesoro en onzas de oro… También cuentan que en los sótanos de esta casa tenían que dormir o pernoctar los estudiantes castigados por la maestre escuela”. La casa de las conchas. Allí Daniela D. me esperaba con la última pista. De camino, Paco apareció inesperadamente haciéndose el loco diciéndome que había quedado con Mercedes para ir a ver Alicia en el país de las Maravillas… Y yo, como no, me lo creí… Daniela me hizo entrega del sobre: “He aquí la última pista para alcanzar el destino de esta noche, busca la calle donde duermen los libros, donde cada palabra es un susurro en tus oídos, donde descansan las hojas escritas, donde la gente que te quiere te estará esperando…” La carta añadía una dirección. Tras una caña en Libreros con todos mis guías y Laura, que apareció también de manera inesperada, subí a la dirección que indicaba la carta. Mercedes abrió la puerta y nos dijo que pasáramos pero que tenía que irse con Paco al cine. Me dirigí al salón y, ¡sorpresa! Zaira, Estefanía, Tamara, el bribón de Juanlu (con quien había estado por la tarde), Vero, Sara M., Sara C., mi sexólogo radiofónico preferido Dani, Daniela C., Paco y Mercedes, más todos mis inesperados guías, comenzaron a gritar, con una sabrosa cena en la mesa… (menudas tortillas y salchichas… ¡yo quiero cenas así todos los días!) Pero esto no fue todo. Me hicieron un video con todas las fotos de este año maravilloso que pasará a la posteridad, ¡a los anales de la historia! Imaginaos como estaba… Pero aún no fue todo: hubo dos regalos más. Por orden: una edición de lujo de El principito (que todos me dedicaron a continuación) que me tocó el corazoncito (no lloré de milagro), y (esto sí que es fuerte) UNA ESTRELLA CON MI NOMBRE… Con su diploma y sus coordenadas para buscarla. Increíble, inenarrable.

Emocionado y alucinado por todo, nunca creí merecer tanto ni nunca imaginé recibir ni una décima parte de todo lo que vosotros me habéis demostrado. Como escribió Maquiavelo, “todos ven lo que aparentas, pocos ven realmente lo que eres”. En este caso, creo que he tenido la enorme fortuna de conocer de golpe a todos esos “pocos” que saben mirar y ver lo que realmente soy. Gracias por todo. Nunca os olvidaré. Os aseguro que esto no va a quedar así… Dedicaré mi primera noche en Badajoz a localizar nuestra estrella (porque no sólo es mía, es nuestra), y creedme que en la soledad de lo desconocido una lágrima de alegría empapará mis ojos. Cuando os sienta lejos, sólo tendré que mirar a lo alto y allí os veré a todos… Pero esto no es un adiós, es un PARA SIEMPRE. Palabra de riojano.


Salamanca, 8 de Mayo de 2010

5 comentarios:

  1. "Ningún hombre es una isla entera por sí mismo.
    Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.
    Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.
    JOHN DONNE, Londres (1572-1631)"

    Gracias por no hacerme sentirme una isla, por hacerme ver mi valía.

    No te despidas que nuestros caminos nos llevarán al mismo destino.

    Verónica

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  2. dani "el locutor"8 de mayo de 2010, 18:11

    Gracias tio, no esperaba menos de tu blog jejeje, ya sabes que leerlo es consuelo para mi aburrimiento...Como no me molan muxo eso de las despedidas, solo decirte que te cansaras de aguantarme. Asi que, lo cien veces dicho...xavalín eres una máquina y espero que todo te vaya de lujo en Gitanolandia...incluso espero estar muy cerca de ti jeje. Bueno tio, recuerdos de Sara...

    Nos vemos en un trix...

    Agur.

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  3. Fábulosa noche, debes de estar muy orgulloso de tus amigos/as. Mantenlos durante mucho tiempo porque conocer a gente tan real, sincera y en tan poco tiempo es muy complicado. Sienteté orgullo también de tí mismo, porque el que tú seas como eres ha hecho que ellos quieran estar a tu lado.

    Suerte

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  4. Qué emocionante! Me ha gustado mucho! Debes de sentirte muy muy agradecido. Mucha suerte.

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  5. Muchas gracias por lo comentarios! Vero, has dado en el clavo. John Donne es uno de mis poetas preferidos... y ese "sermón" en concreto siempre lo tengo en mi mesilla de noche...

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Gracias por comentar mi publicación!!