domingo, 14 de marzo de 2010

Los espíritus de Ganesha

Ganesh Spirits from Günther Gheeraert on Vimeo.



Un día el sabio Viasa se aproximó al dios creador Brahmā y le dijo: «¡Oh, Señor!, mi inteligencia y memoria han desaparecido. Por favor dime qué debo hacer». El dios le respondió: "¡Oh Vyasa!, ¿no sabes que todos los problemas surgen por olvidar al Señor Ganesha? Al iniciar cualquier rito, actividad productiva o social, al entrar en un nuevo hogar o construcción, y al comenzar toda labor que tenga como finalidad el conocimiento, se destruirán los obstáculos si uno recuerda y venera a Ganesha. Refúgiate en él, complácelo con himnos y adóralo, y serás capaz de terminar cualquier actividad. De otra manera podrás intentarlo por un millón de años, pero no alcanzarás el éxito completo». Así lo hizo Vyasa y poco después se hallaba sentado en su ashram, con el firme propósito de escribir el Majábharata, pero debido a la velocidad de sus pensamientos, necesitaba de un escriba divino que tomara su dictado. Vyasa meditó en Brahmá, quien le sugirió que nuevamente pidiera ayuda a Ganesha. Vyasa oró a Ganesha y el dios apareció ante él.

El sabio le preguntó: «¡Oh, Señor!, ¿serías tan gentil de tomar el dictado del Majábharata?».

Ganapati sonrió y dijo: «Lo haré, pero no debe haber pausa ni interrupción».

Vyasa le respondió: "Muy bien, Señor, pero te suplico que sólo escribas después de comprender el significado literal y simbólico de aquello que te dicte". El dios con cabeza de elefante estuvo de acuerdo. Cuando Vyasa vio a Ganesha escribir a la misma velocidad de su pensamiento usando su colmillo roto como pluma, concluyó que no tendría tiempo para componer nuevos versos, por lo que le dictó algunos con 108 significados. Mientras Ganesha se detenía para meditar en ellos, el sabio componía otros mil versos con su poderoso intelecto. Así fue escrito el famoso Majábharata, el relato épico más extenso del mundo.

Normalmente Ganesha (o Ganapati) es representado con cuatro brazos, gran barriga y cabeza de elefante. Es jefe de los ejércitos de Shivá, los gaṇas, monstruosos seres sobrenaturales. Sus dos esposas son Buddhi (inteligencia) y Manas (mente).

Según la leyenda, Párvati tuvo a su hijo mientras Shiva estaba en la guerra contra los asuras (‘los que no son suras’, demonios). Un día Párvati fue a bañarse, y le pidió a Ganesha que vigilara la puerta del aposento. En ese momento, Shiva volvió. Ganesh no reconoció a su padre, ni éste a su hijo, de modo que el joven dios le prohibió el paso. Hubo una reyerta y Shiva enfurecido, decapitó a Ganesha. Cuando se dio cuenta de que había matado a su hijo, y ante el llanto de la desconsolada madre, Shiva bajó a la Tierra con la promesa de darle a su hijo la cabeza del primer ser que encontrara a su paso. Resultó ser un elefante.

Otra leyenda cuenta que Ganesha y su hermano Skanda (Karttikeya, el dios de la guerra), compitieron por ser el más adorado, haciendo una carrera alrededor del mundo. Skanda montó en su pavo real (su vájana), y lo recorrió lo más rápidamente posible, pero cuando llegó de nuevo al punto de partida Ganesha ya estaba allí. Había dado una vuelta alrededor de sus padres, Shiva y Párvati, con lo que dio a entender que para él sus padres eran todo su mundo (y tratándose de los dioses supremos, literalmente lo eran). Existe en la India un grupo, los ganapatias, para quienes Ganesha —también llamado Ganapati— es el eje y motor del universo.

En los viajes o bodas es la deidad presente, y en general, antes de emprender alguna empresa difícil, es costumbre encomendarse a Ganesha. Él, como dios de los caminos, hará que lo que se empiece en ese momento llegue a buen puerto si antes se encomiendan a Ganesha.

En este día me encomiendo a Ganesha para que me muestre el camino correcto hacia el culmen de mi obra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar mi publicación!!