Nuestro país es rico en reliquias de santos y personajes religiosos. En muchas ocasiones se les atribuye propiedades milagrosas. Nos cabe preguntarnos… ¿tendrá la verruga de Elvis Presley algún tipo de poder? ¿Y el pelo del Ché Guevara? Porque de eso es de lo que vamos a hablar hoy.
Y es que en muchos lugares del mundo se conservan partes del cuerpo de personajes históricos, pero sin esa aureola divina. Hablamos de gente como Einstein, Beethoven o Galileo, cuyos dedos, ojos o corazón se exhiben en diferentes partes del globo. ¿Os imagináis si juntáramos todas para hacer un Frankenstein compuesto por estos órganos? He aquí una idea para algún científico loco, y he aquí nuestra lista de “reliquias”.
Los ojos de Einstein
Se conservan en… formol, en una caja fuerte en Nueva York.
Einstein donó su cerebro a la ciencia. Pero en el proceso de extracción, Thomas Stoltz Harvey, el cirujano encargado de la operación, aprovechó para extraer sus ojos y dárselo al oculista del científico, Henry Abrams, que aún los conserva, puesto que decía que “eran angelicales”. En 1994 se pusieron a subasta por unos 5 millones de dólares. No hubo comprador, aunque Michael Jackson se interesó.
Los dientes de Hitler
Se conserva en… algún lugar de Moscú.
La dentadura del director fue utilizada para identificar sus restos. Una vez confirmada la identidad del cadáver fue enterrado… aunque extrajeron sus dientes, cráneo y Unos soldados soviéticos la llevaron a Moscú, donde permanece archivada desde entonces. El Archivo del FSB se guarda una parte de la mandíbula de Hitler, mientras que en el Archivo estatal de Rusia permanecen algunos fragmentos del cráneo del “führer”
Los huesos de los oídos de Beethoven
Se conservan en… el Beethoven Center de San José, California.
Cuando el famoso compositor falleció, el Dr Johan Wagner retiró los dos huesos temporales, situados a ambos lados del cráneo. Se buscaba estudiar la causa de la sordera del compositor, puesto que esta fue provocada por un crecimiento anormal del hueso de esta zona. Estos cambiaron de mano durante generaciones, hasta que terminaron en Danville, California 170 años después. Fueron cedidos a la Sociedad Americana de Beethoven por su actual dueño, Paul Kaufmann.
El dedo de Galileo
Se conserva en… Museo de la Historia de la Ciencia, Venecia.
Galileo señaló al cielo, indicando que era La Tierra la que giraba alrededor del sol. Quizá sea ese el dedo que se conserva en el museo. Más de 100 años después de su muerte, se robaron tres dedos de su cadáver. Entre 1905 y 2009 se perdió el rastro de ese tercer dedo… pero apareció en una subasta y un benefactor anónimo lo adquirió y donó al museo. Por fin, tenemos los tres dedos reunidos para regocijo (es un decir) de los visitantes.
El pelo del Che Quevara
Se conserva en… el escaparate de la librería Butler e Hijos en Rosemberg, Houston.
Cuando asesinaron al famoso Che en Bolivia, en 1967, un operativo de la CIA cortó un mechón de su pelo. Años después, se puso en subasta y se vendió por 100.000 dólares. Lo compró un tal Bill Butler, un librero coleccionistas de objetos de los 60, que lo expone en su librería de Houston.
La vejiga de Lazzaro Spallanzani
Se conserva en… Museo de Historia Natural de Pavia, Italia.
Puede que el nombre no sea muy popular entre el ciudadano común, pero no se ignorar su gran aportación a la ciencia. Spallanzani fue un biólogo que demostró la inexistencia de la generación espontánea de la vida, que la digestión es un proceso químico, que es necesario esperma y óvulos para la fecundación y realizó la primera inseminación artifical. Al morir, y dado que murió de cáncer de vejiga, se decidió conservar la suya para su estudio y posterior homenaje
La verruga de Elvis Presley
Se conserva en… La Enciclopedia Panorámica de Elvis de Joni Mabe, Cornelia, Giorgia.
Elvis se quitó una verruga de una mano en 1957, y su astuto manager la conservó para poder sacar algún tipo de partido posteriormente. Y así fue: la verruga fue comprada por Joni Mabe en 1993, una fanática de Elvis que ha creado un pequeño museo en su casa con cerca de 30.000 objetos del rey. La “Sociedad americana para la clonación de Elvis” se ha interesado en esta reliquia para intentar que su plan para clonar al rey progrese. No: no nos lo inventamos.
El cerebro de Lenin
Se conserva en… Instituto Cerebral de Moscú.
La momia de Lenin sigue exhibiéndose en la Plaza Roja, y recibiendo una gran cantidad de visitas. Pero su cerebro se encuentra en el Instituto Cerebral de Moscú. Oskar Vogt, neurólogo reputado y uno de los fundadores del instituto, lo extrajo cuando asisitió a su autopsia para descubrirlo. Aseguró encontrar células cerebrales gigantes, las cuales explicaban, según él, el genio del dictador.
El corazón de Chopin
Se conserva en… la iglesia de la Santa Cruz de Krakowskie Przedmiecie.
Chopin, como tantos genios, tenía sus excentricidades. En su caso, un pánico atroz a ser enterrado vivo. Así que le pidió a su familia que, tras asegurarse de su muerte, le arrancaran el corazón. Y así lo hicieron. Su destino final, en este caso, no ha variado tanto, y está en esa iglesia de Varsovia desde entonces, en el interior de uno de sus pilares.
El pene de Rasputín
Se conserva en… el Museo Ruso del Erotismo.
El llamado “monje loco”, castigador de cada mujer que se encontraba, sufrió un cruel destino a manos de sus muchos enemigos. Por suerte, una de las doncellas puso el apéndice a salvo, y fue conservado en un bote durante años en el ático hasta que se subastó. Lo adquirió este museo, situado en San Petersburgo, y ahí lo pueden encontrar. Claro que hay quien dice que no es sino un percebe sobredimensionado…
Vía ThumbPress, Foxnews y Forbes.
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