martes, 29 de junio de 2010

Miscelánea veraniega

Recapitulación de algunas ideas brillantes, curiosas, descarriadas o fallidas que he escuchado, leído u oído por ahí estas semanas:

Una buena idea

¿Por qué soñamos? Para resolver problemas que no somos capaces de solucionar cuando estamos despiertos. Deirdre Barrett, una psicóloga de Harvard, puso deberes a sus alumnos pero con una condición: que los resolvieran durante el sueño. La mitad de los estudiantes que fueron capaces de soñar con la tarea dieron con la respuesta correcta. La teoría del sueño de Barrett desbarata la teoría freudiana (el sueño como gratificación de nuestros deseos) y la pinkeriana (el sueño como un salvapantallas para descansar la muerte): “Los mamíferos no llevaríamos 220 millones de años soñando si el sueño no tuviera un sentido evolutivo”.

Una idea hipócrita

“El “periodismo ciudadano” es ahora “jóvenes voyeurs que buscan dos minutos de gloria en los medios””, leo en el Twitter de Antonio Delgado. Tanto El País como El Mundo, entre otros medios digitales, ilustraron la noticia del accidente ferroviario de Castelldefels con el vídeo grabado por una vecina de la estación minutos después de la matanza. Una vez satisfecho el morbo de sus lectores, El Mundo se pregunta qué alimenta el ansia notarial por grabar tragedias, peleas y desdichas de los jóvenes armados con cámaras de vídeo. ¿Y tú me lo preguntas, hijo mío?

Una idea divertida + una olvidada

Al Mundial de Fútbol hay que agradecerle que haga posibles crónicas tan brillantes como las que hace John Carlin para El País. El pasado viernes, en su artículo “La guerra mundial por otros medios”, incluía esta perla (ahora ya desfasada): “Este Mundial se ha vuelto como la segunda guerra mundial. Los franceses se rinden a la primera, los ingleses se quedan solos contra los alemanes y los estadounidenses llegan en el último minuto”. Pues bien, los ingleses han sido barridos por la Luffwaffe en la Batalla de Inglaterra, los yanquis no han sido capaces ni de desembarcar en Normandía y ni siquiera están los rusos para parar al Reich. Como decía mi amigo (americano) Daniel Wagman: “La gente cree que EEUU ganó la II guerra mundial pero fueron los rusos los que pusieron los muertos”.

Una idea errónea (pero bonita)

¿La Luna nació del Océano Pacífico? Probablemente no, pero mola. La bióloga marina Rachel Carson recoge en su libro “El mar que nos rodea” (1951) la teoría de que la Luna se “desprendió” del fondo del Océano Pacífico antes de que la corteza de la Tierra llegara a enfriarse durante su propia formación. El volumen y la densidad de nuestro satélite parecían confirmar esa tesis que, sin embargo, ha sido desestimada por el consenso científico actual, que sustenta la teoría del impacto de un planeta del tamaño de Marte, bautizado como Theia (u ocasionalmente Orpheus u Orfeo), hace 4.500 millones de años.

“El mar que nos rodea” acaba de ser reeditado por Destino como si se tratara de una novedad. ¿No debería incluir correcciones o notas a pie de página advirtiendo al lector inadvertido (como el que suscribe) de que determinadas hipótesis han sido superadas medio siglo después?

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