miércoles, 23 de junio de 2010

Inti Raymi

Pase lo que pase, creamos cambiar más o menos, o miremos o no a la Tierra, los solsticios siempre han sido mágicos y especiales en nuestro ciclo anual desde el neolítico. El Litha, Juhannus o, en España, la noche de San Juan es una fiesta universal que nos pertenece a toda la humanidad. Su origen, como el de todas las religiones (al ser el único Dios que somos capaces de observar sin ningún esfuerzo) se remonta a las fiestas paganas de adoración al Sol que se celebraban desde tiempos inmemorables. La tradición ha perdurado y en nuestros días celebramos esta breve pero intensa noche que envuelve a los rituales del hedonismo, la fertilidad y el amor.

Se dice que las hadas tienen especial predilección por la Madrugada de San Juan. Es considerada la gran noche del amor, los oráculos, la adivinación y la fertilidad. Coincidiendo aproximadamente con la festividad de San Juan, desde tiempos prerromanos se han realizado celebraciones en las que el fuego, en forma de hogueras o luminarias, juega un importante papel. Se ha interpretado que con esta acción se pretendía "dar más fuerza al sol" que, a partir de esos días, iba haciéndose más "débil".

Los esfuerzos del cristianismo por imbricar los paganismos populares llevaron a adscribir a esta festividad bajo la advocación del Bautista, convirtiéndose en la muestra de cristianización del último rito pagano que parece haber resistido sucesivamente las influencias de la religión romana, paleocristiana, musulmana y, nuevamente, cristiana.

Sea como fuere, esta noche nos predispone a creer todo tipo de leyendas fantásticas que nos abren la mente y el espíritu, nos permite dejar de ser racionales por unas horas y gozar a fondo de nuestra increíble imaginación: historias vinculadas a hechos sobrenaturales como la que cuenta que en el día que nació San Juan el Bautista, su padre Zacarías recuperó la voz tras haberla perdido al dudar de que su mujer estuviera embarazada siendo advertido por el Arcángel Gabriel; otros relatos hablan de que en pueblos sumergidos bajo las aguas, como en Lucerna, Zamora, tañen las campanas de la iglesia que descansa en el fondo del lago de Sanabria; o como el que se encuentra en el lago de Carucedo, León, junto al paraje natural de Las Médulas, cuya imagen puede verse en el río al amanecer del 24 de junio…

Dice la leyenda popular que el destino acuático de Lucerna fue provocado por Jesús que llegó como pobre al pueblo, y todos los vecinos, excepto dos mujeres, le negaron limosna. La causa del segundo pueblo sumergido fue una Ninfa que repudiada en amores, vertió imparable lágrimas que crearon el lago… También dice la tradición que en esta noche los demonios se esconden en el bosque para seducir a las jovencitas y que ayudan a descubrir los tesoros enterrados. Y que las hadas ocultas en los sidhe pueden ser desencantadas.

Verdad o mentira, descubramos nuestro tesoro permitiéndonos por una noche imaginar fantasías imposibles y saltemos con algo de cuidado una hoguera rodeados de la gente que queremos…

1 comentario:

  1. La noche de san juan...la noche de la magia...hoy después del examen nos hemos ido a tomar unas cañas (bueno unas sidriñas para ser más exactos)...hemos apuntado los deseos de todos los que estábamos y los hemos quemado en una fuente...yo pedí uno por ti, esque soy muy generosa jajajja...nos vemos mañana que ya tengo ganas de que me cuentes cosillas, besosss

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