sábado, 22 de octubre de 2011

Spitzer detecta una tormenta de cometas en un sistema solar cercano


Artículo publicado el 19 de octubre de 2011 en la web de NASA

El Telescopio Espacial Spitzer ha detectado signos de cuerpos helados cayendo sobre otro sistema solar. El aguacero se asemeja al que sufrió nuestro propio sistema solar hace varios miles de millones de años, durante un período conocido como el “Bombardeo Pesado Tardío”, que pudo haber traído a la Tierra, el agua y otros ingredientes que forman la vida.

Durante esta época, los cometas y otros objetos helados, que fueron arrojados desde el exterior del Sistema Solar, golpearon a los planetas interiores. La andanada dejó cicatrices en nuestra Luna y produjo grandes cantidades de polvo.

Ahora, Spitzer ha detectado una banda de polvo alrededor de una brillante estrella cercana en el cielo del norte, llamada Eta Corvi, que encaja muy bien con el contenido de un cometa gigante destruido. Este polvo se encuentra lo suficientemente cerca de Eta Corvi como para que puedan existir mundos como la Tierra, lo que sugiere que tuvo lugar una colisión entre un planeta y uno o más cometas. El sistema de Eta Corvi tiene aproximadamente mil millones de años, una edad que los investigadores creen que es la adecuada para tal tormenta de granizo.

“Creemos tener una prueba directa de un Bombardeo Pesado Tardío en curso en el cercano sistema estelar Eta Corvi, teniendo lugar casi al mismo tiempo que en nuestro Sistema Solar”, dijo Carey Lisse, científico investigador sénior del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins en Laurel , Maryland, y autor principal de un artículo que detalla los hallazgos. Estos resultados se publicarán en la revista Astrophysical Journal. Lisse presentó los resultados en la reunión Señales de los Planetas en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, el 19 de octubre.

Los astrónomos usaron los detectores infrarrojos de Spitzer para analizar la luz procedente del polvo alrededor de Eta Corvi. Se observaron ciertas huellas dactilares químicas, incluyendo hielo de agua, materia orgánica y rocas, lo que indica como fuente a un cometa gigante.

La firma de la luz emitida por el polvo alrededor de Eta Corvi también se asemeja a la del meteorito Almahata Sitta, que cayó a la Tierra en fragmentos por todo Sudán en 2008. Las similitudes entre el meteorito y el objeto destruido de Eta Corvi implican un lugar de nacimiento común en sus respectivos sistemas solares.

Un segundo anillo, más masivo, de polvo más frío ubicado en el extremo más lejano del sistema de Eta Corvi parece ser el entorno adecuado para una reserva de cuerpos cometarios. Este brillante anillo, descubierto en 2005, se cierne alrededor de Eta Corvi a unas 150 veces la distancia de la Tierra al Sol. Nuestro Sistema Solar tiene una región similar, conocida como el Cinturón de Kuiper, donde permanecen los restos helados y rocosos de la formación de los planetas. Los nuevos datos de Spitzer sugieren que el meteorito de Almahata Sitta pudo haberse originado en nuestro Cinturón de Kuiper.

El cinturón de Kuiper fue el hogar de un número mucho mayor de estos cuerpos congelados, colectivamente llamado objetos del Cinturón de Kuiper. Hace unos 4000 millones de años, unos 600 millones de años después de que se formase nuestro Sistema Solar, los científicos creen que el Cinturón de Kuiper se vio perturbado por una migración de los planetas gigantes gaseosos Júpiter y Saturno. Este cambio discordante en el equilibrio gravitatorio del Sistema Solar dispersó los cuerpos helados del Cinturón de Kuiper, lanzando la gran mayoría al espacio interestelar y produciendo polvo frío en el cinturón. Algunos objetos del Cinturón de Kuiper, sin embargo, se establecieron en las rutas que cruzaban las órbitas de los planetas interiores.

El bombardeo resultante de los cometas se prolongó hasta hace 3800 millones de años. Después del impacto de los cometas en el lado de la Luna que mira hacia la Tierra, el magma se filtró fuera de la corteza lunar, enfriándose con el tiempo formando los “mares” oscuros. Si se comparan con las áreas más claras a su alrededor en la superficie lunar, esos mares forman el distintivo rostro del “Hombre en la Luna”. Los cometas también chocaron con la Tierra o se incineraron en la atmósfera, y se cree que han depositado agua y carbono en nuestro planeta. Este período de los impactos podría haber ayudado a que se formase la vida mediante la entrega de sus ingredientes esenciales.

“Creemos que el sistema de Eta Corvi debería estudiarse en detalle para conocer más sobre la lluvia de cometas y otros objetos que puedan haber comenzado la vida en nuestro planeta”, dijo Lisse.

Artículo traducido y posteado en Ciencia Kanija, el original se publicó en la web de la NASA.

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