sábado, 31 de julio de 2010
¡Vacaciones por fin!
jueves, 29 de julio de 2010
lunes, 19 de julio de 2010
Detenerse y proceder
sábado, 17 de julio de 2010
Sobre el amor
El matrimonio como concepto y la coletilla “para toda la vida” son instituciones recientes pero tan fuertemente arraigadas en casi todas las sociedades que tendemos a pensar que son “naturales”. Sin embargo, la misma idea de pareja es relativamente reciente, en torno a 10.000 años, y surge con el desarrollo de la agricultura, según los antropólogos Christopher Ryan y Cacilca Jethá, una pareja de psicólogos norteamericanos afincados en Barcelona, autores de “Amanecer del Sexo: los orígenes prehistóricos de la sexualidad moderna” (Harper Collins, aún sin traducir al español), que tiene todos los visos de convertirse en un clásico instantáneo sobre sexualidad humana.
El empeño en aplicar a nuestras relaciones cláusulas de “fidelidad” o “monogamia”, o de confundir el amor con el sexo, puede estar en el origen del ambiente de frustración sexual entre las parejas de occidente, donde las tasas de divorcio se disparan, aumenta el número de madres solteras y las parejas que optan por una relación clásica suelen estar atrapadas en uniones carentes de pasión y sexo. Según Ryan, “el matrimonio en occidente no funciona porque está en confrontación directa con la realidad de nuestras especies”.
Los ciento y pico siglos transcurridos desde la invención de la agricultura puede parecer un período largo pero apenas supone un 5% de nuestro recorrido como especie. Como es bien sabido, la agricultura introdujo la idea de propiedad entre los humanos, incluyendo la “propiedad de la sexualidad”, según el libro: “Los grupos nómadas apenas tenían propiedades, de modo que todo era compartido, incluyendo la comida, el cuidado de los niños, el refugio y la defensa. Tiene todo el sentido que la sexualidad también fuera compartido. ¿Qué importancia habría de tener entonces la sexualidad?”, responde Christopher Ryan en una entrevista en Salon.com.
La prueba definitiva de la antigua promiscuidad humana (ahora reprimida, no superada, recordemos) reside en el tamaño de los testículos humanos, un predictor de la promiscuidad de los mamíferos. En concreto, los testículos de los hombres son proporcionalmente menores a los de chimpancés y bonobos, ambos más promiscuos, pero mayores que los de los gorilas y los gibones, prácticamente monógamos.
La idea de la proporcionalidad entre el tamaño de los testículos y la variedad de parejas no es nueva. Ya la planteó otra pareja de psicólogos, David Barash y Judith Lipton, en “El mito de la monogamia”. Barash explica en un artículo la variabilidad entre las especies de primates: “Los gorilas machos compiten con sus cuerpos, no con su esperma. Una vez que el macho dominante ha conseguido el control de un harén de hembras, tiene bastante garantizado que será el único macho en copular con ellas”. El chimpancé, por el contrario, disfruta de “barra libre” de sexo, así que para garantizar que las crías son suyas -el triunfo de los genes que describía Richard Dawkins en “El gen egoísta”- necesita dotarse de unos testículos desmesurados.
¿Y los humanos? Entre dos tierras: buscamos pareja estable pero, una vez lograda, tendemos al adulterio. Además, como nuestros parientes más cercanos, los bonobos, utilizamos el sexo para motivos que van más allá de la reproducción, algo que nos convierte, según los autores de “Amanecer del sexo” en una suerte de “maníacos sexuales” a ojos de otras especies. He aquí algunos de los motivos por los que los humanos practicamos sexo:
“Por diversión, por placer, por dinero, para consolidar una amistad, para gratificación del ego, para relajarnos, para sellar una alianza política (piense en los matrimonios reales)” (extraído del Q&A de la página web del libro).
¿Es la receta para la integridad sexual recuperar la promiscuidad? Los autores se abstienen de dar ninguna receta al respecto. Tampoco abogan por la monogamia en serie (ir de pareja en pareja, a medida que se agota la pasión sexual), “pues nos sitúa en un archipiélago de fracaso: islas aisladas de felicidad transitoria en un frío y oscuro mar de desencanto”.
Página web de “Sex at Dawn”.
jueves, 15 de julio de 2010
Nacionalismos
No me gustan los nacionalismos. Tampoco el español.
Es hermoso querer a la tierra que te vio nacer, pero eso no es excluyente con las demás. Los nacionalismos solo han traído conflictos. Junto con las religiones, han sido las causas de todas las guerras desde hace 20 siglos. No te hace mejor haber nacido más allá o más acá de una frontera inventada por los hombres. Qué diferencia a un serbio de un bosnio; qué a un ucraniano de un checheno. Qué soberanía reclaman. Ya no la tiene ni siquiera EE UU, que depende de los mercados y de las grandes multinacionales. Todo es un invento de los políticos, que defienden sus intereses, tantas veces corruptos, movilizando las emociones de gente normal que lo único que quiere es llegar a fin de mes.
Por otra parte, ¿qué es una nación?, ¿qué es una cultura? Cada ciudadano es diferente, y más en un mundo cambiante, lleno de migraciones, con gente de razas distintas, venida de distintos países. Lo único seguro es que quieren vivir en paz y tener trabajo.
Ser nacionalista en el siglo XXI es un contrasentido. Es ir contra los tiempos.
lunes, 12 de julio de 2010
¡CAMPEONES DEL MUNDO! VIVA ESPAÑA
¡HOY ESPAÑA ENTERA SE VA DE BORRACHERA!
Badajoz, 12 de Julio de 2010
viernes, 9 de julio de 2010
Después de una Lectura de Dante
Después de una lectura de Dante
(perteneciente al libro Les voix intérieures)
Pinta el poeta el infierno, así su vida describe:
Su vida, sombra fugaz que los espectros persiguen;
Una selva misteriosa do sus asustados pasos
Tanteando se extravían de los senderos trazados;
Oscuro viaje obstruido de unos encuentros disformes;
Espiral de bordes dudosos, profundidades enormes,
Cuyos círculos horribles van más adelante siempre
En la sombra en que se agitan infiernos vagos, vivientes.
Esta rampa se extravía entre neblinas inciertas;
Y bajo cada escalón algún lamento se asienta;
Allí se observan pasar con muy débiles sonidos
En esta noche sombría, de dientes blancos, chirridos,
Las visiones allí están, los sueños, los ideales;
Los ojos que el dolor cambia en amargos manantiales,
Amor, triste pero ardiente, una pareja enlazada,
Que pasa en un torbellino; en su costado una llaga.
En un rincón la venganza y el hambre, impías hermanas,
En un cráneo corroído unidas y acurrucadas,
Y la pálida miseria de sonrisa empobrecida;
El orgullo, la ambición, de sí misma bien nutrida,
Y la lujuria inmunda, y la avaricia malvada,
Todos los mantos de plomo que puede cargar el alma.
Más lejos la cobardía, las traiciones junto al miedo
Que van vendiendo sus llaves y degustando el veneno;
Todavía más abajo, de aquel abismo, en el fondo,
¡Haciendo muecas la máscara del atormentado Odio!
Justamente así es la vida, oh poeta inspirado,
Y su camino brumoso de obstáculos atestado.
Para que no falte nada por entre esta ruta estrecha,
Vosotros siempre enseñáis en pie y a vuestra derecha,
Al genio de frente afable y ojos de rayos llenos,
Al apacible Virgilio diciendo: ¡Continuemos!
Victor Hugo, 6 Agosto de 1836
sábado, 3 de julio de 2010
El viaje de Yule
-Mírate a ti mismo para reconocer en los otros tu condición, tus faltas, tus debilidades y tu bondad. Permanece sociable con tu alma, nosotros que sólo lo hacemos con la razón. El alma no es un sentimiento de instante, persiste una vida entera. El alma no es coyuntural. Confieso padecer de una enfermedad peligrosa y terrible: aquellos que nos atrevemos a adentrarnos en la superficie, corremos graves peligros. La enfermedad de los inadaptados que rechazan la vida moderna, la realidad cotidiana, y buscan aislarse en su casas, que se convierten en nuestras tumbas. Creamos nuestro refugio en lo artificial, esbozamos nuestra vida a través del arte. Ambulamos mentalmente entre médanos de púrpura y armiño que nosotros mismos tramamos, nos alejamos de esnobismos y gregarismos sociales. Es la enfermedad de los seres incomprendidos, extraños, pero sentimentales. No es una cuestión de pesimismo, Yule, sólo que el optimismo moderno nos resulta irresponsable. A pesar de todo, somos capaces de disfrutar de la vida, tan sólo ansiamos buscar tras las cortinas, tras las bambalinas del teatro en el que representamos nuestro papel día tras día.
viernes, 2 de julio de 2010
¿Importa algo dónde estés? Badajoz, Logroño, Salamanca, Zaragoza, ¡qué más da!
Entrevista completa aquí.