martes, 22 de diciembre de 2009

La felicidad es clandestina

Parece sencillo de explicar, pero no lo es. ¿Por qué nos empeñamos en simular que somos felices ante los demás cuando, en realidad, la postergamos y ocultamos para nuestros momentos intimidad? Aun compartiendo momentos realmente maravillosos con otras personas, la verdadera felicidad se siente en soledad, recordando y saboreando lo ocurrido como si fuera un dulcísimo caramelo. Pesimismo, podrán pensar algunos al leer esto. Nada más lejos de la realidad. Simple y llanamente, es el efecto del tiempo. Como dice Clarice Lispector, "el tiempo que quieras" es todo lo que una persona, grande o pequeña, puede tener la osadía de querer.

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